jueves, 12 de agosto de 2010

Para Angélica con sincero afecto

Angélica es difícil encontrar una respuesta a tu pregunta con respecto a la evaluación de un maestro hacia el alumno, pues se trata de MEDIR Y JUZGAR y es entendible tu aborrecimiento y odio al mismo.

Ya lo decían los grandes maestros en la antigüedad CON LA MISMA VARA QUE MIDES SERAS MEDIDO. La afirmación se comprende cuando se logra VER que SOMOS (Te acuerdas de Hamlet y su monologo?). La conciencia que juzga a los demás, viéndoles los defectos que son reflejo de los propios y que es la misma que ha de juzgar también nuestros actos.

Debes de sentirte feliz de realizar una tarea en la que fortaleces el carácter de tus alumnos para que sean capaces de liberarse de vicios y males que les ofrece la sociedad actual, sintiéndose hombres y mujeres dignos, felices y constructores de sus propias vidas, vidas responsables frente a sus iguales. Si tú como maestra alcanzas este grado de formación en tus alumnos tu labor será correcta y a la vez objetiva pues dependerá de la conciencia crítica y de la autonomía que ellos alcancen, para ti está reservada no una calificación sino tu trascendencia a través de ellos. (Aún considerando que el macrosistema evaluatorio institucional de enseñanza te obligue a colocar una etiqueta numérica requerida para tus alumnos).

Me permití citar a Saint-Exupery y al mismo tiempo ser irreverente con él al realizar esta analogía (espero no se moleste);

-No te vayas- le pidió el rey, que estaba orgulloso de tener un súbdito. ¡No te vayas y te nombro ministro!
-Ministro de qué?
-De…¡Justicia!
-¡Pero si no hay nadie a quien juzgar!
-Nunca se sabe -le dijo el rey-. Aún no he recorrido todo mi reino. Soy viejo, aquí no hay lugar para una carroza, y me cansa caminar.
-Oh! Pero si yo ya lo vi todo – dijo el Principito, inclinándose para echar un vistazo al otro lado del planeta-. No hay nadie ahí tampoco…
- Entonces te juzgarás a ti mismo – le respondió el rey -. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse uno mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte correctamente entonces serás un VERDADERO SABIO. (con permiso del autor…UNA VERDADERA MAESTRA )

No te abrumes, guarda tus documentos, sé irreverente y diviértete ensañándoles a tus alumnos a construir sus propios pensamientos con la libertad que da la adolescencia. Di no a las evaluaciones y cuéntaselo a quien más confianza le tengas!! Vale!!!

Saludos cordiales,
Confundido

Maclaren, P. (1995) Pedagogía crítica y cultura depredadora. Ed. P aidos, México
Saint-Exupery, A. (2002) El principito. Ed. Océano. México

1 comentario:

  1. Si de verdad tenía razón aquel Rey. Juzgarse a sí mismo, verse en el espejo "objetivamente" es la tarea más difícil. Quizá siempre sea más fácil criticar a los demás, quizá es una forma en la que estamos educados los mexicanos, y eso nos detiene a seguir avanzando. El ser mediocre es una triste forma de ser aceptado. Quien se encuentre un paso adelante es el criticado, el burlado, pero satisfactoriamente es quien llega a conocer tanto más de él, y quien conoce tanto sus cualidades como defectos para seguir volando

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