domingo, 6 de junio de 2010

Una de las características del Sistema Educativo Mexicano es la centralización que incluye a todas las instancias que menciona el artículo 10 de la Ley General de Educación (Educandos, educadores, autoridades, planes, programas, métodos y materiales; Instituciones educativas del Estado y particulares, etc.) y también incluye a todos los niveles. La orientación de la educación mexicana se manifiesta en proyectos de política educativa. Por su centralismo dichas políticas reglamentan a todos los elementos constitutivos del sistema. Las políticas educativas ( y la escuela como unidad básica) de acuerdo a una ley dialéctica Hegeliana y marxista ( o Freiriana) no escapan a la determinación económica y al proyecto que se tenga de nación en un momento histórico dado. Así por ejemplo durante la Colonia se distinguen diversos tipos de enseñanza: la evangelizadora, el adiestramiento en artes y oficios, la femenina, la formación de religiosos y la universitaria un tipo de educación que respondía a las necesidades del ordenamiento socio-económico. O el énfasis puesto al laicismo desde el periodo postindependiente que sirvió de bandera ideológica tanto de liberales como de conservadores y que se asienta en la constitución de 1857 hasta las reformas al artículo 3° en la constitución del 17. El acento en la educación socialista que tuvo una vida muy corta. Y así sucesivamente hasta desembocar en el neoliberlaismo o el liberalismo social. Quizá aventurándome mucho lo que Freire intenta decir con este asunto de la alienación, que no es otra cosa que la ruptura o la falta de unidad entre la practica y la reflexión, (“ la palabra sin acción es palabrería hueca…, la acción sin reflexión es activismo…”) es que mediante la palabra que es reflexión-acción-reflexión (otra relación dialéctica) es que se puede transformar verdaderamente la realidad. No existe neutralidad en el docente, tarde o temprano tendrá que asumir conciencia de su palabra, de su práctica y encaminar su ejercicio y las relaciones que se desprenden de su ejercicio y las relaciones con las dimensiones de su ejercicio hacia la que pare él sea su palabra verdadera.

2 comentarios:

  1. Muy bien, felicidades por tu reflexión a través de una entrada. Pero... ¿Quién eres?
    Gracias y saludos,
    Blanca Estela Ortiz Oscoy

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  2. Una frase que leí este fin de semana y que me parece muy profunda y totalmente relacionada al tema fue:”el estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas” en mi caso pertenezco a una generación en la que se aprendía a través de la memorización, donde se validaba la lectura de velocidad aunque no se comprendiera el texto y donde lo imperante era escribir sin importar el cómo o el qué dijera, esta forma pasiva de estudiar terminó por hacer cansada una actividad que hoy por hoy encuentro muy enriquecedora, amén de ser un reto para romper con esa parte de mi misma que se aferra a lo conocido. La suma del pensamiento creativo y crítico generan un compromiso que puede resultar aterrador, pues nos compromete a ser responsables y a actuar en consecuencia y congruentemente, es muy probable que como país aún no estemos preparados para despertar, pero el mundo demanda un cambio que se dará independientemente de estemos listo o no, las nuevas generaciones nacen más inquietas, con una actitud cuestionadora que nosotros como adultos por generaciones hemos tratado de callar… pero que diferente sería nuestra historia si en lugar de controlar tratáramos de guiar, dándole crédito al infante que no ha leído tantos libros como nosotros pero que tiene capacidad de pensar y creer.
    Miriam Redondo

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